Si copias algo, citame!

03 noviembre 2012

Dèja vú

Escribo esto, muerta de calor, las muletas al lado, la pierna estirada al costado, sobre una silla... y no puedo dejar de recordar.
Aquella vez fue peor. Hace ya casi 8 años... WAW! como vuela el tiempo cuando una se divierte.

Era un 7 de diciembre, víspera de semi-feriado, lo cual complicó las cosas... ¿Está muy mal si digo que la figura de la Virgen no me cae del todo bien? Perdón, María, sé que no es culpa tuya.
Y la segunda pregunta: ¿qué carajo tenía que estar entrenando un día extra? ah, si... iba a rendir para faja verde.

CRRAC!"

Es el mismo sonido. Algo que yo escuché, sé que los demás no, porque sonó por dentro...

Esa vez me fui a casa caminando. 
Un mes más tarde, el segundo médico que me atendió me dijo que había sido una emergencia traumatológica, que debió ser atendida dentro de las 48 horas. No veinte días después, como me recomendó el imbécil que se creía que me estaba haciendo un favor de feriado.

Esa vez, tenía un bar que atender, que quedaba a cuadra y media de casa, y fui con muletas todos los días, bajando uno... dos... tres... cuatro... cinco... seis... siete... ocho... nueve escalones de la puerta del edificio, siempre con miedo a caerme y hacerme mierda en la vereda. en este momento se me viene a la memoria una noche, tarde, en que yo estaba en el pasillo de entrada del bar y salí a la calle, en muletas, porque un flaco se estaba afanando un vaso del bar, uno de los grandes, y se lo llevaba como un trofeo... ¡qué furia! salí sola, lo enfrenté, se lo saqué y me volví. 

Todo con un dolor sin tregua, porque mi rodilla estaba trabada, no solamente inflamada. Recuerdo el alivio que sentí con la pelidural (y eso que todavía no era madre).

¿Si tengo miedo a una segunda operación? No. La verdad es que la anestesia general produce unos sueños alucinantes, tiene un efecto fascinante. Más incluso que el sonido de las resonancias magnéticas, que para mí es como entrar a una nave espacial... Sí, sí, ¡me hago toda la película! Si no, ¿qué corno voy a hacer durante la media hora que dura el estudio?

De lo que tengo miedo es de la rehabilitación. La otra vez duró mucho. En esa época era más creyente y ofrecí a Dios el dolor, le pedí por mi familia y por el bar. Mi familia estuvo mejor... Y era un dolor insoportable, realmente insoportable y que parecía que no se iba a ir nunca. Lo que más me reventaba era que, encima de que no aguantaba, el tarado me decía: "No exageres, no puede ser para tanto". ¿Y qué MIERDA sabés vos, lo que me duele? Me lo decís justo a mí, que me banco lo que venga, que si me quejo es porque no doy más... Hasta que descubrieron que la cápsula se me había pegado, que el dolor era real, y que la rehabilitación no estaba sirviendo para nada. Vuelta a empezar: operación y rehabilitación.

Que no me haga la cabeza, me dice acá Celes.
Tiene que soltarlo, defiende Violeta.
Arriba, querida, hay gente que la pasa peor, y la víctima no te la compro, dice Agnes.
¿Y dónde está mi otro yo? Nina, en el fondo, está asustada... tanto, que ni habla.



¿Si voy a seguir entrenando? Este año ya no. No sé qué tengo todavía. El resultado de la resonancia está para el martes...  Pero después de que el médico me habló de los ligamentos, no pude pensar en otra cosa.
-Si son los cruzados la cagué, ¿no? -le pregunté.
-Todavía no sabemos nada. Y bueno... depende de qué vida deportiva quieras tener -y a mí me sonó a "dedicate al ajedrez".

Tengo un plan. "Stick at the plan"
Hacer reposo, usar la férula, usar las muletas. No decidir nada, esperar el diagnóstico y el tratamiento... ¿se puede no pensar? 

Se me agolpan los pensamientos:
"¿Para qué saltaste, Ju? Estaba entrenando, a cualquiera le puede pasar. Ya no sos una piba, ya no te cocinás en el primer hervor. ¿Y si entreno sin saltar? Dejate de joder, tenes mil cosas copadas para hacer... ¿Para qué arriesgarte así? Es que me gusta, qué le voy a hacer".

No sé. Siempre digo que hay que escuchar al cuerpo... Y la verdad, no quiero entrenar con miedo, de nuevo. Pero dejar el wushu por completo... ¿cómo se hace, después de 10 años? Ya sé que no soy un as, que me cuesta, que no tengo una facilidad natural, no voy a decir que soy horrible, no, no, pero me encanta aprender espada, dagas, sable, palo, manos vacías... infinito, maravilloso wushu.

Tengo otra vida ahora. Un trabajo donde puedo pedir licencia, pero también tengo una nena que me necesita.
Nacho está al pie del cañón, como la otra vez, pero me da bronca tener que joderlo para pedirle que me alcance cosas, que me ayude... Otra vez.
Mi mamá también está más grande.
Y siento el apoyo de todos ellos, de mi hermano que me llevo al hospital, de mis suegros que me estan ayudando con Mora, de mi mamá que me llevó a los médicos y a hacerme los estudios, de los amigos que estaban y que se contactaron conmigo... GRACIAS, gracias, gracias.

Que no sienta culpa por pedirles cosas, me dice un amigo, que yo estoy cuando me necesitan y que ahora ellos estan cuando los necesito yo.

Bueno, eso.
Los necesito.

Por momentos estoy muy triste. La mayor parte del tiempo, no. 
¡Tengo más tiempo para escribir! ¿ven? Capaz que termino mi novela pronto, que escribo el cuento que le prometí a Laura. Puedo hacer trabajo desde casa, darle mejor forma al laboratorio y las estadísticas de Angry Birds. Mi tesina de coaching va a salir mas linda, más completa... Y también preparar mejor el cumple de Mora. 

Todo va a estar bien. 
Porque así lo decido.