Y es así como primero adoptamos a Mequetrefe, que resultó ser gatita, y al primer celo la llevamos a operar, porque ya bastantes mininos hay en el barrio rondando por ahí. Meque (para los íntimos) ahora tiene unos bellos bigotes y su pelo está suave, no como cuando llegó a casa. Y además, hace honor a su nombre: es curiosa, metida, mandona (ahora cuento).

A Meque no le gustó nada, porque hasta entonces estaba poco a poco asumiendo el rol de líder en la casa. Pero llegó la perrita a romperle los esquemas, ya que no conoce de códigos gatunos, y en cuanto te descuidas, hasta les come la comida! Meque la acecha a Tigra y la bufa, y Tigra cree que está jugando, le mueve la cola y se le abalanza. Fíjense qué foto más significativa: Meque tirándole un zarpazo a Tigra, y se ven: las patitas de Mati, que prefiere mantenerse al margen en un lugar alto, y la comida arriba de la silla también.

Se trata de un axolote!
Y resolvimos lamarlo Mushu, en honor al dragoncito de la película animada Mulan (que Mora y a mí nos encanta). Bien, acá van las primeras fotos de Mushu:


Y si lo mirás de frente, parece un "smile", con los dos minúsculos ojitos y su boca en forma de sonrisa. A veces permanece quieto mucho rato, y otras va hasta la superficie del agua, y toma aire con un "plop!" muy curioso.
La manera como hay que darle de comer también es llamativa: hay que acercarle carne y moverla cerca, para que él tire el mordisco. Si uno la deja quieta, no la come!
Bueno, creo que por un tiempo no vamos a alojar más animalejos en casa... sólo espero que Mati no se estrese, pobre!!
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