Bueno, tal parece que, como Mora no nos está dando trabajo (y antes de pensar en tener otro hijo), se nos dio por juntar animalitos!! jajajajajaja...
Y es así como primero adoptamos a Mequetrefe, que resultó ser gatita, y al primer celo la llevamos a operar, porque ya bastantes mininos hay en el barrio rondando por ahí. Meque (para los íntimos) ahora tiene unos bellos bigotes y su pelo está suave, no como cuando llegó a casa. Y además, hace honor a su nombre: es curiosa, metida, mandona (ahora cuento).
No contentos con esto, decidimos que ibamos a tener un perrito, y justo cae mi hermana con la novedad de que su perra estaba preñada. Así que venga una perrita a casa!! Así llegó Tigra, llamada así porque es negra con rayitas naranjas. Miren qué ojazos...
A Meque no le gustó nada, porque hasta entonces estaba poco a poco asumiendo el rol de líder en la casa. Pero llegó la perrita a romperle los esquemas, ya que no conoce de códigos gatunos, y en cuanto te descuidas, hasta les come la comida! Meque la acecha a Tigra y la bufa, y Tigra cree que está jugando, le mueve la cola y se le abalanza. Fíjense qué foto más significativa: Meque tirándole un zarpazo a Tigra, y se ven: las patitas de Mati, que prefiere mantenerse al margen en un lugar alto, y la comida arriba de la silla también.
Pero aquí no termina la historia: apenas nos estábamos aclimatando a tener la perrita, que además como es una bebé hay que darle de comer 4 veces por día, y ya tenemos otro nuevo integrante de la familia. La historia de este último personaje es por demás azaroso, ya que esta mascota era de una prima segunda mía, que por casualidad mencionó que no la quería, y nosotros nos ofrecimos a darle un nuevo hogar.
Se trata de un axolote!
Y resolvimos lamarlo Mushu, en honor al dragoncito de la película animada Mulan (que Mora y a mí nos encanta). Bien, acá van las primeras fotos de Mushu:
¿Verdad que es muy feo? y por demás interesante, jajaja... bah, no sé si es feo, es muy raro!
Y si lo mirás de frente, parece un "smile", con los dos minúsculos ojitos y su boca en forma de sonrisa. A veces permanece quieto mucho rato, y otras va hasta la superficie del agua, y toma aire con un "plop!" muy curioso.
La manera como hay que darle de comer también es llamativa: hay que acercarle carne y moverla cerca, para que él tire el mordisco. Si uno la deja quieta, no la come!
Bueno, creo que por un tiempo no vamos a alojar más animalejos en casa... sólo espero que Mati no se estrese, pobre!!
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