Creo que no tuve una infancia muy típica. Me di cuenta hace tiempo, pero lo reafirmo cada vez de una manera diferente...
El otro día me preguntaron qué era un osciloscopio, y yo no podía creer que hubiera alguien, digamos, de mediana cultura, que no lo conociera. Pero en ese instante reflexioné: cuando yo era chica, era normal que mi papá llevara aparatos de lo más estrafalarios a casa, como parte de su trabajo. Imagínense una nena de 5 o 6 años observando un láser de demostración con espejos y prismas, o un téster analógico (de aguja, no como la mayoría de los de ahora, que son digitales) o incluso, un osciloscopio. Para mí era fascinante, pero llegó a ser parte de de mi vida "normal".
Así que la pregunta se me atragantó un poco (estoy acostumbrada a que me pregunten cosas), pero logré contestarle: "Y... es un aparato que tiene una pantallita y dibuja formas de onda... o sea... dibuja las variaciones de tensión"
No sé si le aclaré algo, al final.
1 comentario:
Hummm, a mí no me pasa nada parecido con nada de mi infancia.
Pero igual suele pasar con muchas cosas, como cuando yo me escandalizo de que alguien diga "escuchá, están pasando salsa" cuando es flor de merengue, pero onda que después me acuerdo de que YO fui el que hizo 2 años de salsa y no los demás.
Eso es un ejemplo, nada más.
Y nada, después voy a leer ésto y voy a decir "mirá las boludeces que escribo".
Un abrazo y aguante tu vida divertida.
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