La primavera, contundente, radical y seductora, se instaló en la ciudad y reina a pesar del calor adelantado del verano. Salís a la calle y ese aroma omnipresente te invade, invitándote a dejar lo que ibas a hacer, léase: estudiar, trabajar, o cualquier otra cosa catalogada dentro de las actividades llamadas "útiles".
El color lavanda de las veredas te hipnotiza y en ese estado tenés que hacer un esfuerzo mayúsculo para no dejarte llevar hacia el placer puro de no hacer nada...
Oler los tilos de toda la ciudad exhudando su mágico llamado, su invitación al ocio y a la tranquilidad, es embriagador. Acostarse debajo de un jacarandá mientras él te llueve flores parece ser un sueño.
Tratar de seguir tu ritmo de vida sin que te inmute es tan difícil como no sonreir tontamente con "ese" recuerdo.
Es como resistirse al árbol de la vida en Mundo Anillo.
Es como intentar dejar de rascarte.
Es como dejar medio helado de dulce de leche.
Es como interrumpir un momento de placer sexual.
A pesar de todo nuestro entrenamiento para convertirnos en seres civilizados, estos momentos son donde aflora nuestro yo más instintivo...
1 comentario:
Fuera de casa hay un jacaranda y casualmente hace 2 noches soñe que iba llegando y veia q las flores en el arbol eran como estrellas y al mover el tierno arbol haciendolas caer, fugazmente, se transformaban en campanitas. Yo de pronto deje de prestarles atencion y al entrar a casa las pise y estas hacian "tlin-tlin" al destrozarse, ya q eran de cristal.
Al momento de despertar me senti feliz, quiza influido por los 5 tilos que hay frente a mi ventana q permanece entreavierta toda la noche...
Antes de salir al trabajo comprobe q las campanitas tienen 5 puntas, como las estrellas.
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